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jueves, 24 de marzo de 2011

Aquel insignificante billete


 Aún recuerdas aquel día en el que de tu cartera desapareció tu billete, tu valioso billete, cualquier cosa con movimiento a tu al rededor era acusada por robo y ellos todavía se acuerdan, oh, que si se acuerdan... La orta apunto de explotar, las sienes latiendo, incluso perceptible a simple vista, expresión endemoniada y casi se podía ver tu cabeza emanando humo Sí, amigo, así se te veía desde fuera.

 Aún así todo pareció olvidarse.

Y un arbitrario día, con café en mano, ojeando aquel libro que decidiste abandonar, quién sabe por qué, quizás falta de tiempo, quizás por aburrimiento o simplemente porque sí; encontraste entre sus páginas polvorientas y amarillas, incluso puede que arrugadas por los años, un antiguo compañero.
Y así fue como un insignificante día, de un insignificante mes, de posiblemente un insignificante año, encontraste aquel insignificante billete.

Aquel insignificante billete hizo de aquel insignificante día fuese diferente.

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