Aún recuerdas aquel día en el que de tu cartera desapareció tu billete, tu valioso billete, cualquier cosa con movimiento a tu al rededor era acusada por robo y ellos todavía se acuerdan, oh, que si se acuerdan... La orta apunto de explotar, las sienes latiendo, incluso perceptible a simple vista, expresión endemoniada y casi se podía ver tu cabeza emanando humo Sí, amigo, así se te veía desde fuera.
Aún así todo pareció olvidarse.
Y un arbitrario día, con café en mano, ojeando aquel libro que decidiste abandonar, quién sabe por qué, quizás falta de tiempo, quizás por aburrimiento o simplemente porque sí; encontraste entre sus páginas polvorientas y amarillas, incluso puede que arrugadas por los años, un antiguo compañero.
Y así fue como un insignificante día, de un insignificante mes, de posiblemente un insignificante año, encontraste aquel insignificante billete.
Aquel insignificante billete hizo de aquel insignificante día fuese diferente.

Tiene buena pinta el blog. Iré pasandome. Un placer.
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