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jueves, 7 de abril de 2011

Cola-Cao


Legañas en los ojos, frescas, aliento espeso y pesado y lo único que te apetece es un cola-cao bien calentito, con sus grumos, su fondo chocolateado y ese dulzor característico.
Lo ves dar vueltas dentro del microondas y sientes como la baba se te desliza por la comisura de la boca, y empiezas a notar un aliento fétido procedente de tu boca. La cierras. Coges la taza con las dos manos. Te quemas. La sueltas. Se derrama parte de la bebida. La vuelves a agarrar, esta vez con más cuidado. Y te la llevas a la boca. Con ansia. Tragas una vez y su dulzor característico te posee. Empujas la taza. Bebes de golpe y tu camiseta recién planchada de repente parece de otro color.

¡Maldito ansia!

1 comentario:

  1. me ha alegrado mucho conocer tu blog, creo que las cosas mas insignificantes de la vida (como el titulo de tu blog) son las mas preciosas!

    besitos

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